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CODHECUN-0092


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¡Falso patriotismo! Las ambiciones más bastardas, los egoismos más groseros, los apetitos más innobles, las pasiones más mezquinas, el amor propio mal entendido, los intereses más egoistas, procuranho y disfrazarse cubiertos con la careta del patriotismo, y hasta los mayores enemigos de la Patria tienen el impudor, la desvergüenza, el cinismo de blasonar de patriotas, preparándose para desgarrar de nuevo á la Patria con nuevos disturbios. Si el patriotismo es el amor á la Patria, hay que confesar que el amor ese de que blasona tanta gente, es de los amores que matan, y si se trocara en odio, no sería tan perjudicial ni haría tanto daño. A nombre del patriotismo se pide constantemente el exterminio casi total de la población cubana por los enemigos de las reformas, la despoblación de España y su ruina, como si el amor á la Patria pudiera consistir en conquistar para ella el nombre de nación salvaje, de pueblo cruel, bárbaro é incivilizado, y como si la despoblación, la pobreza y la miseria, pudieran labrar la felicidad de un pueblo, y la barbarie fuera timbre de gloria. No hay privilegio, por odioso que sea, no hay injusticia, no hay infamia que no invoquen el nombre de patriotismo, y ya va siendo poco menos que imposible averiguar el verdadero sentido de esa palabra. Por razones de patriotismo piden y consiguen los frailes de Filipinas que se fusile á Rizal, que no era enemigo de la Patria; que se ahogue en sangre la insurrección tagala, que no ha sido contra la Patria; que España envíe á morir á sus hijos al Archipiélago, en defensa de unos intereses que no son los de la Patria, sino completamente contrarios y opuestos. Por patriotismo se emplean el soborno y la estafa que los rebeldes tagalos depongan su actitud y se sometan otra vez á la soberanía de los frailes, y se esquilmará más al país, sacándole seis ó siete millones para entregarlos á Aguinaldo y otros cabecillas, mientras se dejan subsistir las causas ocasiones de la insurrección, consintiendo quede el terreno abonado para que un día próximo tengamos en Filipinas una guerra separatista como la que ahora sostenemos en Cuba. La cobardía, la ignorancia, la barbarie, la crueldad, alegan en su defensa altas razones de patriotismo, y así anda la Patria de próspera y feliz. Por amor á la Patria, que no por codicia, es partidario Comillas de que sus barcos hagan nuevos cargamentos de carne de pobre que sirva para fertilizar más los campos de Cuba; los que ayer hicieron de la religión bandera para promover dos guerras civiles, preparan la última, invocando poderosas razones de amor á la Patria; por patriotismo nos trataron de malos patriotas á los republicanos que defendíamos la autonomía, los que hoy la admiten alegando razones de patriotismo para ello, y por amor á la Patria hemos permanecido cruzados de brazos los republicanos, desaprovechando mil ocasiones para dar al traste con todo lo existente, consintiendo la ruina de la Patria, que hubiéramos podido evitar. Somos el pueblo más patriota del mundo. ¿Cómo se concibe que seamos el más desdichado? Porque como nuestra cultura nacional, como el talento de nuestros estadistas, es falso también ese patriotismo de que tanto se blasona y que tantas miserias encubre; porque no se tiene idea exacta de lo que es el verdadero amor á la Patria.


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