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CODHECUN-0104
PASATIEMPOS
¡¡Á LA GUERRA!!
−Madre, la patria lo ordena,
y partir es necesario!
Coloca ese escapulario
con mano firme y serena.
¡No sientas temor ni pena:
y si en la recia porfía,
Dice quiere que caiga un dia,
al golpe rudo y certero,
mi pensamiento postrero
tuyo será, madre mia!−
Y así diciendo, el soldado
besó con ánsia infinita
de aquella mujer bendita
el semblante demudado,
Y al alejarse, obligado
por tiránico deber,
alas quisiera tener
para más pronto volar
de aquel deso’ado hogar
que acaso no vuelva á ver.
Y parte al fin… Muda y fria,
ahí queda abandonada
la pobre madre, agobiada
por la más cruel agonia.
La luz del naciente dia
la sorprende en su dolor,
y al mirar en derredor
á nadie vé, y solo advierte,
compañero de su suerte,
al silencio aterrador.
Cuando, por el pecho herido
por tan honda desventura,
triste hora en su amargura
la ausencia del bien perdido,
una voz siente al oido
que alegra su soledad;
voz de excelsa majestad
que le dice dulcemente:
−No temas… Es un valiente…
¡Ten fé!... ¡Soy la caridad!...
Vicente T Bersal
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