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CODHECUN-0110
PEROGRULLADAS
Algo habrá extrañado á mis gratuitos y asiduos lectores el retardo experimentado en mi salida, retardo ocurrido por la confección de los fotograbados que lleva este número, los cuales son una muestra de que en Sevilla existe un nuevo taller de grabados, que muy pronto estará á la altura que requiere este arte; y que si hoy, los que presentes están, no satisfacen al público, muy pronto sucederá lo contrario, pues á medida que más se trabaje en ellos, mayor será la perfección que se alcance, cosa que será una perogrullada de á folio, peor que por serla es verdad.
En fin, que ya estoy remozado y más en caracter para decir mis verdades, aunque algunos tontos por casa, ó ilusos de escotillón y contaduría, digan lo contrario.
Y siguen siendo motivo de preocupación general, nuestras guerras coloniales, que continúan gastando hombres y dinero, sin que hasta el presente hayamos notado ventaja positiva alguna, y sin que les veamos el tan deseado término.
Un día nos sorprende un cablegrama del jefe superior del Archipiélago, diciendo que la insurrección está reducida á tres ó cuatro mil igorrotos mal armados, y á la media hora leemos en la prensa diaria y de gran información, que los insurrectos són en número de 15 ó 20 mil, que están más armados de lo que parece y que se las traen, pues andan atrincherados en los alrededores de Manila dispuestos á acariciar á cualquier mortal cristiano que se atreva á poner sus narices enfrente de las suyas.
Pero lo que más ha llamado la atención de todo lo ocurrido en Filipinas, es la predilección que muestran los modernos libertadores en escabechar frailes, pues no se comprende que siendo éstos los que llevaban la voz cantante entre los indígenas, les haya salido esta nota en falso, y hayan pagado con sus míseros pellejos los errores y las culpas de los demás.
Porque no vamos á atribuir la causa del descontento que ahora muestran, al influjo de las doctrinas moralizadoras del evangelio, llevadas allí por franciscanos, domínicos, capuchinos, jesuitas y demás órdenes religiosas que tienen en Filipinas el punto de mira de sus predicaciones.
En cuanto á lo de Cuba, parece que vamos ahora por buen camino, y que para dentro de seis ó siete meses, podremos considerar aquello como terminado, pues según participa á El Imparcial el redactor corresponsal que sostiene este diario en la Gran Antilla, la campaña decisiva empezará el día que el general Weyler se embarque en la estación de Villanueva y siga el camino de Pinar del Río.
Y se nos resiste creer que demore por mucho tiempo, ese proyectado paseo.
A no ser que éste no le haya pasado por el pensamiento, y solo sea producto de la acalorada mente del Sr. Blanco, redactor de El Imparcial en aquella isla.
Que todo pudiera ser.
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