CODHECUN-0111

Verdadero patriotismo En estos momentos solemnes para la nación española, no debe confundirse el verdadero patriotismo con el arranque natural y hasta legítimo, pero irreflexivo, de indignación que siente el alma y estalla en los labios de todos los españoles, ante los bajos y cobardes insultó é ilegítimas pretensiones para con nuestra nación, de parte de los mercaderes jingoistas de los Estados Unidos. La actitud valiente, caballerosa y digna, del pueblo español, ha merecido el aplauso de Europa, y seguramente por tan levantada y honrosa actitud hemos conseguido que las primeras potencias europeas y á su cabeza el Sumo Pontíhce, hayan abandonado su actitud de retraimiento para con nuestra patria, decidiéndose á servir de mediadores hoy, y quién sabe si á intervenir mañana á nuestro favor, dadas las contingencias del porvenir. Por eso comprendemos en nuestro modesto criterio, que el Gobierno ha obrado prudentemente al ceder al ruego valioso de Su Santidad y de las grandes potencias, pues este ruego no implica de ningún modo la beligerancia de los insurrectos cubanos ni deshonor, por tanto, para las armas españolas; sólo es una tregua solicitada por naciones poderosas y amigas, á las cuales se debe atender. La actitud del Gobierno ha respondido hasta ahora al sentimiento de nuestra patria! no cediendo ni un punto de sus derechos ante el ultimatum yankée, pues el pueblo español, siguiendo sus gloriosas tradiciones, no teme ni le asusta recurrir á sus armas victoriosas para mantener su honor sin tener jamás en cuenta ni el número ni el poder sus contrarios; pero esto sentado ya, esto demostrado de una manera evidente, no excluye de ningún modo el que tengamos el tacto, la prudencia, la habilidad política, funciones precisas de todo Gobierno, por lo que no deben creársele dificultades en momentos tan críticos, con perturbaciones interiores que puedan hacernos perder simpatías y apoyos que necesitamos de los extraños, como todo país las necesita, y que afortunadamente parece que hemos conseguido. Esperar y cargarse de razón puede ser conveniente y no acusa falta de patriotismo; sigamos todos unidos olvidando mezquinas banderías de partidos, manteniendo, sí, nuestro firme é irrevocable actitud de ir á la guerra, antes de ceder en nada que menoscabe nuestro honor nacional.