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CODHECUN-0133


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REVELACION YANKEE El señor Cánovas no importancia á la anexión del archipiélago Hawai á los Estados Unidos, lo cual no es motivo para que dejemos de fijarnos en ese acontecimiento, que viene á revelar toda una orientación nueva en la política yankée, que tanto nos conviene estudiar y conocer en estos momentos. La república norteamericana no tendía hasta ahora á ser potencia colonial, ni á salvar los límites del continente americano, entretenida al parecer con la explotación de los inmensos terrenos que iba arrebatando á las tribus indígenas, constantemente rechazas ante la invasion dura, feroz más bien del colono yankée, extendiéndose como la langosta por las praderas vírgenes del lar-Wert. Verdad es, que sin haber digerido aun esos inmensos territorios de los indios dió algunas dentelladas al pobre Méjico, y aun compró las glaciales posesiones de Rusia, pero sin salir del continente y encerrándose al parecer en la doctrina de Monroe. América para los yankées. Pero la anexion de las islas Hawai rompe con las tradiciones, aun las monroistas, y nos presenta á los Estados Unidos como un pueblo dispuesto á las espansiones coloniales y territoriales, ni más ni menos que esas viejas naciones de Europa que hasta ahora eran objeto de execracion para aquellos puritanos. Solo se nota una diferencia muy considerable entre el modus operandi de las potencias coloniales de Europa y los Estados Unidos. Estos no quieren anexiones que les cuesten sangre ó muchos millones, sino anexiones buenas, bonitas y baratas: lo que Francia ha hecho en Madagascar, en Cochinchina y en el Dahomey, y lo que Inglaterra ha hecho en Egipto y en el Sur de Africa no es del gusto de los yankées. Estos no buscan anexiones fuera del continente para servir la causa de la civilizacion y del progreso de la humanidad, aun á costa, como es natural, de los sacrificios consiguientes; sino para hacer buenos negocios y fomentar el tráfico. Por tal motivo, despues de emplear todo género de intrigas que no cuesten dinero para enredar en una serie de conflictos y embrollos á los habitantes del archipiélago, se han limitado á esperar que madurase la manzana para comérsela. ¿No será esa conducta, claramente desenmascarada ahora, la clave para explicar la que vienen siguiendo con relación á Cuba? Si Cuba les ha de costar una guerra, con seguridad que renuncian á Cuba; si les ha de costar millonadas enormes, volverán la espalda á la estrella solitaria; pero si Cuba despues de arruinada por espantosas guerras, atizadas y promovidas por los Estados Unidos, se lanzara en brazos de los yankées, que no han perdido ocasión alguna de buscar la simpatía de los cubanos por todos los medios imaginables, aun los más reprobados, la gran República abriría sus brazos á los habitantes de Cuba, como los abre á los de Hawai. Semejante política, que aparee en estos momentos perfectamente clara á los ojos de Europa, excepto á los del gobierno que tenemos el honor de soportar, ha sido secundada por éste con una série interminable de debilidades, que han hecho comprender á los Estados Unidos que pueden esperar que madura la manzana de Cuba sin sacrificar un dollar ni un miliciano. Si creyeran lo contrario, si nos vieran dispuestos á todo antes que tolerar la sombra de una ingerencia yankee en Cuba, retrocederían los Estados Unidos con la frialdad de un comerciante que vuelve la espalda á un mal negocio.


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