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CODHECUN-0154
NUESTRA ESCUADRA HABILIDAD
Insistimos. Nuestra escuadra no es los tres ó cuatro barcos de madera que se han perdido frente á Cavite, sino los buques modernos que empezando por el Pelayo y concluyendo por el último cañonero, tienen sus cascos protegidos por acerados blindajes.
Bien manejada, nuestra escuadra puede servir de mucho mas que supone el pesimismo de la opinión, excitada por lo rápido y enorme de la catastrofe de Filipinas.
Bueno es que España sienta el dolor de la herida en el primer encuentro; mas es urgente, ante todo, que ese dolor no encuentre todas las atenciones y conviertan en lamento inútiles ó en temerarias imprudencias, todas las energías. Para casos como el actual, es cuando el valor guarda sus pruebas; y la serenidad es siempre la primera condición en toda lucha.
Mientras una pequeña parte de la opinión daba ayer por inconclusa nuestra inferioridad marítima absoluta con respecto á los Estados Unidos, otra gran parte, saltando al extremo contrario, se manifestaba deseosa á todo trance de una revancha buscada sin perder minuto por nuestra escuadra.
Entre una y otra exaltación, nos parece que la verdad y la conveniencia quedaban en medio. No debemos amilanarnos por una derrota parcial, ni mucho menos debemos buscar en ella la ciega ira y la brutal acometividad que acabarían por aniquilas á España por inútiles aunque grandiosas bravuras de agonía. Que seamos destrozados pronto y heroicamente, resultará muy hermoso, pero insensato; porque el hombre y sobre todo el hombre del siglo XIX, ha de diferenciarse del tigre y del gallo inglés en tener tanto coraje y bastante más inteligencia.
¿Nos ha batido el enemigo con éxito en Manila porque ha desplegado en línea de combate menos valor que nosotros, pero mejores barcos, barcos más intelectuales?.. Pues los que quieren el desquite deseando que nuestros buenos buques de guerra busquen ó esperen á los de los buques yanquis en cualquier parte y en cualesquiera condiciones, quieren de nuevo la segunda edición del choque entre la valentía y la irresistible fuerza. Porque de nada hubiera de servir que esa escuadra de Cabo Verde esté formada de unidades modernas de combate, si contra ella, compuesta de seis barcos, oponen los americanos una línea de veinte.
Se dice que nuestra escuadrilla va á un puerto nuestro y que en ese puerto, amparada por los cañones de la plaza, tendrá la misión de defenderle. Esto no puede ser más que una fantasía, porque el Gobierno, ni debe ni ha debido […]
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