CODHECUN-0235

NUEVO RUMBO Todos los españoles ven llegado el momento de no dar un paso más por la senda desastrosa que recorremos hace un cuarto de siglo; todos comprenden que es preciso buscar otros derroteros, nueva orientación, en busca de un mañana menos funesto que el presente. La conciencia nacional el despertar después de tan innumerables desastres, pide un programa honrado á favor de nuestra administración corrompida, único sendero para poner á flote á la desgraciada nación. No ha sido tan indiferente el pueblo ante las ruinas de la patria, puesto que hoy se asocia á los sufrimientos de los infelices soldados que llegan enfermos de Cuba, pidiendo para esos valerosos hijos estenuados por el hambre y las enfermedades que continuamente arriban á sus playas, más protección y amparo. En los momentos del desastre nadie pudo creer que la paz estaba cercana, todos esperaban nuevas hecatombes en las cuales se pondrían á prueba el poder de un pueblo ante la abnegación de otro. Vinieron los arreglos, el gobierno rindiose á discreción y España entera ve con espanto y amargura la segregación de un trozo de su territorio. Roto el velo que cubria el artificio tanto tiempo guardado y merced al cual creíamos ser grandes, la nación no cree ya en palabrerias y menos cuando son dichas en el Santuario de las Leyes y sí, empieza aunque tarde á comprender hacia donde puede encontrar una compensación del territorio enajenado. Marruecos, virgen, repleto de exhuberante vida, escondiendo tras las barreras que el fanatismo pone á la civilización ancho campo á la industria y al comercio, es la esperanza que el pueblo español vislumbra allá en el porvenir para redimirse de sus pasados errores. Si todos ayudáramos á esta obra nacional, aspiración suprema de una nación heroica puesta á las plantas del yankee soberbio por abandono y falta de patriotismo, pronto sonaria la hora de la regeneración. Cuantos han visitado aquel imperio sumido en la más negra de las ignorancias y han estudiado las fuentes de riqueza en que sus incultos campos se transformarían en el momento en que se comenzara su explotación, sienten pena y vergüenza al comprender lo poco que estimamos intereses que por la historia, por vecindad y conveniencia somos los encargados de fomentar, de dirigir y de aprovechar. Esta transformación de un estado peligroso hoy en Europa en provincias españolas, nos volvería al camino del verdadero progreso del cual hace muchos años nos apartó la política de partido. Cumpliendo de esta forma el testamento de Isabel la Católica, el Estrecho de Gibraltar tan codiciado, no seria más que un manso rio atravesando el territorio español. ¿Qué importa Cuba ingrata, empapada en nuestra sangre y regada con los tesoros del pobre contribuyente español ante la posesion de Marruecos! Fijese el Gobierno, ayuden los políticos á una obra de vida para su patria, una vez siquiera, convirtiendo la aspiración de todos en hechos reales que nos lleven en el mañana á ser los dueños absolutos de ese Magreb que constantemente nos brinda con sus riquezas.