CODHECUN-0260

EL RELEVO El general Weyler ha sido cumplidamente contestado por el presidente del Consejo, particular y oficialmente. El país entero áplaude la entereza y la seriedad del Gobierno, que contrasta notablemente con las maniobras del Gobernador general de Cuba, excesivamente encariñado con el destino que todavía desempeña. El Gobierno tiene criterio propio, y le ha aplicado. No sabemos por cuál regla de tres, presumíase por algunos que los ministros liberales iban á no cumplir en el poder lo prometido en la oposición. Ya no estamos en los tiempos de las incertidumbres y de las debilidades. Los hombres que ahora gobiernan tienen el pensamiento formado y lo han aplicado con urgencia, porque así lo demandan las necesidades de la patria. ¡Bueno fuera que volviésemos á las tristes épocas anteriores, cuando los gobernantes no sabían qué hacer y, á lo mejor se acostaban guerreros y amanecían reformistas, sin perjuicio de cambiar de opinión antes de volver á zambullirse en los lechos! Lo que aconsejó y pidió el partido liberal en la oposición lo aplica en el poder, respondiendo á su conciencia, sin que puedan estorbar su acción actitudes más ó menos correctas. Todos habrán de cumplir con su deber, y con el suyo cumple también el Ministerio. En el Consejo último quedó relevado el general Weyler, cuyo criterio en Cuba no es el del Gobierno; y como á éste corresponden las responsabilidades, le pertenece también, indiscutiblemente, la elección de personas. Ni más, ni menos. Pero como ciertas cosas urgen, el Gobierno, á nuestro juicio, debiera procurar que el sustituto del general Weyler se embarcara en el próximo correo, aunque hubiera que retrasar algún día la salida del vapor. La rapidez es complemento de la energía en la acción. Precisamente lo que más agrada al país es lo decisiva, lo seguramente que marcha el Gobierno liberal. Nuestros aplausos podrían tacharse por interesados; los que no pueden suponerse parciales son los qué España entera dedica al Sr. Sagasta y al Ministerio que preside, por sus trascendentales acuerdos. Así se prepara el remedio de los males que sufre la nación. Así se procede en todo tiempo y, especialmente, en los difíciles. Así se conquista el apoyo de la opinión pública y se gobierna en provecho y para gloria de la patria.