CODHECUN-0192

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LO DE CUBA EL BANDIDO BOLAÑOS Disparos sobre un tren. Actos de piratería El bandido Bolaños, al frente de una partida de ladrones que merodean bajo la bandera rebelde, el día 29 de Julio, a pasar el tren descendente de pasajeros, de vía estrecha, desde Placetas á Carbarien, por la segunda ó tercera curva de las trece continuadas que existen en el Seborucal, distantes un kilómetro de Rajas, interpuso varias piedras en la línea, que pudo librar el maquinista D. Juan Mainé imprimiéndole mayor velocidad á la locomotora. Más al ver los autores del hecho que el tren no había descarrilado, le hicieron una descarga, introduciendo varias balas en el alijo y en los carros, saliendo contuso un pasajero por efecto de un proyectil que penetró por la madera del coche de tercera, y frío ya, tocó á la pierna derecha del paciente, que es un joven barbero de apellido Gallardo, vecino de Remedios. En este tren iban ancianos, niños, mujeres y hombres indefensos. También atacó la misma partida el poblado de Rojas. Desprovisto este de fuerza, fue invadido por treinta ó cuarenta hombres al mando de Bolaños, los cuales desvalijaron por completo los anaqueles de una tienda propiedad del Sr. Alvarez, y después se entretuvieron en destruir el aparato telegráfico de la estación del ferrocarril de vía estrech. Sin duda los vecinos de Rojas, en vista de este ataque, decidieron armarse y prevenirse para lo sucesivo, y según el telegrama de la Habana, ya han dado una severa lección á los facinerosos. Derrota de Máximo Gomez Dice Las Novedades, de Nueva York, en su número llegado en el último correo: El general Mella hace saber que el viernes regresó á Puerto Príncipe de operar contra los insurrectos. Sus fuerzas sostuvieron varias escaramuzas con la partida de Máximo Gómez en la dirección de Nuevitas, sin que fuera posible lograr que los rebeldes aceptaran un combate formal, pues siempre huían antes de se empeñase decisivamente la lucha. En su fuga abandonaron 70 caballos y se les hicieron además tres prisioneros. Se sabe que tienen varios heridos, pero no pueden precisarse el número. El general Mella declara que los insurrectos están desmoralizados. También hace saber el general que en el ataque de los insurrectos á un convoy que se dirigía á Guáimaro en el que fueron rechazados, tuvieron 14 muertos, entre ellos un ingeniero llamado Menocal y más de 40 heridos. El suceso á que se refiere el despacho anterior ha sido un señalado triunfo para nuestra fuerza. El convoy salió el día 20 de San Miguel de Nuevitas para Guáimaro, custodiado por 800 hombres. Los insurrectos habían concentrado en el camino 1.400 hombres de su mejor gente y acumulado todo género de obstáculos, como trincheras hechas con árboles, zanjas, etc. El convoy batiéndose durante cuatro días, con tal ardor, que los jefes tenían que sujetar á la tropa, que quería salir y avanzar del límite que recomendaba la protección de la impedimenta, que formaban las carretas y acémilas, y destruyendo todo género de obstáculos llegó á Guáimaro sin más novedad que cuatro muertos y cuatro heridos. Carta de un soldado Por el alegre espíritu que revela, y que es el rasgo característico de nuestras tropas, merece ser leída la carta que desde el poblado de Mayari escribe á su familia, residente en Murcia, un soldado murciano, del batallón de Guadalajara: Estamos aquí en un pueblo, que como ya ve por esta, es Mayari, en donde estaremos aún por lo menos tres días. Este es casi el foco de la insurrección, pues el enemigo estará á una media hora de aquí. El jefe insurrecto que por estos contornos anda es Maceo. Nosotros aún no hemos hecho un disparo á los enemigos. Ellos si que nos han hecho algunos, pero sin saber nosotros desde donde nos los hacían. En este pueblo no hay más que unas treinta casas, todas de madera. Hay algunos blancos, pero casi todos los habitantes son, más negros que el carbón. La calderilla no circula aquí, la moneda más pequeña es un real ó medio, como le llaman por aquí. Respecto al viaje, le diré que ha sido muy bueno, y que en los diecisiete días que ha durado lo he pasado muy bien. Los médicos de nuestro regimiento trabajan mucho, para que no nos ataquen las fiebres ni el vómito, tomando muchas medidas higiénicas para ello. Cada soldado tenemos una peseta diaria. Nos dan tres duros todos los meses y nos quedan otros tres en el fondo de masi a. Llevamos trajes de gante blancos, zapatillas de baqueta y sombreros de paja, con los que vamos muy frescos. Todos los murcianos que estamos aquí nos acordamos mucho de nuestras familias, de la virgen de la Fuentesante y de la Torre. No pasen penas por nosotros, pues estamos muy divertidos, tocando la guitarra, cuando no hacemos guardias, y fumando este tabaco tan rico y tan barato. Ganas de volver si tenemos, pero antes, estamos todos dispuestos á acabar con los mambises. El batallón de Guadalajara, no volverá á España sin haber dado una lección á estos traidores. Hasta bien pronto, pues se dice por aquí, que en viniendo la tropa que se espera y los barcos, esto va á ser cuestión de unos meses.

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