CODHECUN-0422

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El 26 de Agosto de 1879. Se precipitó una gran parte del pueblo de Santiago de Cuba a la revolución, ostigada al último estremo no podía sufrir mas y éra de absoluta nesecidad, pues todos los trabajos que se hacían para el mejor éxito del movimiento eran descubiertos por el gran espionage del enemigo; este enterado de lo mas minimo tomaba sus medidas tramando un plan de pricion general en toda la Isla para el dia del mes de Septiembre proccimo entrante a una ora dada esto llegó á mi conocímiento por el patriota Tomas Padró hijo y mas tarde por el Brigadier Guillermo Moncada, despues de habernos lanzado. Desde los meces Junio y Julio venía yo viendo el mal resultado de cualquier plan ó combinacion que se formara sobre la poblacion de el por las grandes imprudencias que se venían cometiendo, pues los secretos de la gran obra se divulgaban, naturalmente llegaba á oídos de aquellos a quienes no debia; y no era menester mas para que nos vieramos entorpecidos en nuestros proyectos. Comprendiendo que todos nuestros trabajos nuestras aspiraciones hiban á ser sumerjidas al abismo para volver á respirar tal vez en muchos años; sentía una gran desesperacion, por momento me dirijía a la casa del Brigadier Moncada, le hacía algunas preguntas sobre los particulares de nuestra cuestion, este me contestaba bien y en buen sentido, veía siempre en él disposicion, á volver como obrero y ayudar con sus esfuerzos llevar á cabo la gran empresa. La verdad debe siempre aparecer ante todas las cosas; veía al mismo tiempo y a pesar de todo en el gefe y patriota Moncada algun desaliento y sierta calma en el asunto que podian conducirnos a graves acontecimientos. no si hiré mal fundado, pero creo que Moncada como gefe superior de este departamento a quien todos conciderabamos; al dar principio a los trabajos de la conspiracion debío convocar en toda forma a los gefes Subalternos, oficiales y otros personages dignos de la poblacion que por sus méritos patrióticos debía confiarseles en los trabajos de la conspiracion, procurando el mejor acierto en estos, cumpliendo cada cual con las ordenes que al efecto recibieran. Este orden no se observó, antes al contrario los secretos y trabajos se divulgaban en antes inconvenientes como dejo dicho antes. Yo vicitaba con frecuencia tambien al Coronel José Macéo, en él encontré bastante órden entuciasmo y actividad, pero se sugetaba á las disposiciones superiores del Brigadier Moncada como todos nosotros. El 24 de Junio despues del fracaso del Brigadier Flor Crombet, sali de la Ceiba donde me hayaba refrescando, y en un negocio de venta ambulante, me dirijí á Santiago y desde ese momento no paraba; dedicaba el tiempo el tiempo esclucibamente en los asuntos de nuestra obra pero no veía nada claro, esto me mortificaba sobremanera, estaba lleno de sosobra, las óras de la noche en que todos se entregan al descanso y al sueño éra difícil para ; éra tal mi deseperacion que me hacía notar de mi familia, ocultandole siempre a esta el motivo de mi intranquilidad. El 6 de Julio llegó a Santiago el Teniente Coronel Quintín Bandera, con quien tuve una entrevista le manifesté la situacion, y lo dormido que veia los negocios y el gran peligro en que nos veimos, y veía la causa; el Teniente Coronel Bandera, de un caracter activo, pronto se entendió conmigo y empezamos a tocar algunas teclas con objeto de despertar á algunos de un sueño sumamente peligroso, y perjudicial. Se ajitó el animo de los patriotas, se selebró reunion con el Brigadier Moncada, Coronel Jose Macéo y otros patriotas, se con vino fijar el para el movimiento, esto es lo que acordó el Coronel Macéo con el Teniente Coronel Bandera porque siempre manteniamos la idea de no precipitar para que esto no fuera causa de entorpecimientos, estaba tambien de acuerdo el Coronel E. Crombet á quien veía con alguna frecuencia, encontrandole siempre con dispocicion y energía. Antes de este suceso De la entrevista con el Brigadier Moncada, tenida entre el Teniente Coronel Bandera y ningun resultado ofreció, nada entre dos platos, nos quedamos como antes, luego nos vimos con el Coronel José Macéo el que manifestó que convenía calmar la ajitacion para que fuera causa de entorpecimiento, a lo que se avino perfectamente, pues de ninguna manera éra nuestro ánimo traer trastornos. Con esto se empezó a mover con más actividad las cosas, pero con todo, aparecía siempre sierta indiferencia en el Brigadier Moncada, esto me hacía pensar no comprendia la causa, esto llevaba mi imaginacion a una larga distancia volviendo luego a quedar reducida á un juicio vago. El 10 de Agosto me vi con el Coronel J. Macéo le manifesté que deceaba tuvieramos una entrevista con el Brigadier Moncada para serciorarnos de la resolucion y precauciones que este gefe este gefe estaba dispuesto tomar en virtud de la apremimiante nesecidad y puesto que ni el Coronel Maceo ni ninguno de los otros gefes sabian nada, y yo quería que vieramos con alguna claridad lo que se pensaba ó debia hacerse. Se efectuó la entrevista en el mismo dia en la fábrica del Brigadier Moncada como á las 10 de la mañana Se le manifestó el objeto de la reunion, por lo que no puso dificultad. En virtud de que fué promovida por mi, manifesté que deseaba tomar la palabra, lo que me fué admitido Seguidamente me dirijí al Brigadier Moncada manifestandole que yo veía mucha agitacion en la poblacion, veia que el gobierno se penetraba de cuantos se podía tratar en pribado sobre los asuntos en unestra cuasa, y que veía que en un momento todo podía fracasar y quedar undido por mucho tiempo sin que pudiesemos respirar; y que no veía una actitud ni planes ni combinacion faborable, y que el gobierno tomaba sus medidas y por consiguientes nosotros y todos los patriotas corriamos graves peligros. Contestó el Brigadier Moncada que él no pensaba tan pronto el movimiento, que el tenía su madre y familia que atender y primero éra su madre que la pátria.= Muy bien Brigadier, pero V. a tenido suficiente tiempo de haber atendido a lo que V. dice; su querida madre a debido estar fuera de la ciudad hace tiempo, nunca a debido esperar el momento crítico; fue lo que le contesté. Esto me dejó elado y sin saber que pensar, el Coronel Macéo permaneció en profundo cilencio. Nos levantamos de donde estábamos sentados y le manifesté que el objeto de la reunion no éra más que lo que le habia manifestdo rretirandonos el Coronel Macéo y . El 14 efectué una vicita al Sor. T. Padró hijo, este Sor. me manifestó enteró de algunos pormenores de grandes importancias, y me dijo que el movimiento el movimiento debía tener lugar el 24: puesto que el enemigo se había penetrado de todo. y la vijilancia éra execiba, pues muchos de los patriotas por temor de ser sorprendidos á desoras en sus casas se veían obligados a dormir fuera, en esos mismos días circuló noticia de que el gobierno esperaba la llegada del Brigadier Moncada que se hayaba en Banabacoa en sus negocios de conducir maderas, para su fábrica para apresarlos prenderlos a esta novedad se le envió correspondiente aviso para que tomara precauciones. Llegó por fin el 24 y 25 y nada se efectuó por las contra órdenes; se fijó el último plazo para el 30 del mismo; todos por obedecer las ordenes superiores, se disponian sufrir y esperar a fin de evitar trastornos y entorpecimientos. El 26 por la mañana llegó a Santiago la noticia de que Guantámo se había sublevado; á esta novedad, el Coronel J. Macéo se entrevistó con el Teniente Coronel Quintin Bandera, que con casualidad se encontraba en la Calle de San Bartomé,= Donde le dió la órden, segun lo recibiera del Brigadier Moncada; para que el Teniente Coronel Bandera a su vez se la trasmitiera al Coronel Emiliano Crombet, para que este gefe con los hombres de su mando y sus armas se cituaran en la plazueleta de la Tenería, entre San Bartome y Carnicería, (a las 7 y 1/2 de la noche) lo que llevo a cabo el Coronel Crombet en cumplimiento de la órden que él recibiera. Este gefe mas tarde se entrevistó con el Brigadier Moncada manifestandole que quedaba cumplida su órden trasmitida por el Teniente Coronel Bandera, segun este lo recibiera del Coronel J. Macéo. El Brigadier Moncada negó al Coronel Crombet de tal órden, y que inmediatamente se diera la contra órden despachando a los individuos a sus casas. En esta zazon se aglomeraban mas los hombres en la mencionada plazueleta en lugár de disminuir la ajitacion éra en estremo excesivo; en esto llegó el Brigadier G. Moncada, a la casa del Teniente Coronel Bander este se encontraba fuera de su casa, pero no muy distante de sus puertas; el Brigadier Moncada, con un cararter furioso, desembainó su espada y revolver amenazando a Bandera, por lo que le dijo este; Brigadier tranquilicese, pero el Brigadier con su acto de cólera, y viendo y viendo que la agrupacion se íba aumentando, se hechó sobre el grupo atropellando a los patriotas. En esta consternación, los órden público quicieron aprehender a los que allí estaban reunidos; estos se recistieron, los órden público se pucieron revolver en mano intimando con despotismo y la fuerza la pricion; donde parece que el tumulto no estaba dispuesto obedecer a las dos parejas. Cuando se olló unos tiros, callendo a tierra dos de los órden publico. fue menester mas, toda combinacion fué trastornada; entro una especie de pánico y la agrupacion despitó con precipitacion á la entrada de San Antonio dando gritos a Cuba libre. De donde siguieron con la firme idea de llevar la revolucion a su verdadero efecto. Trastornos é inconvenientes se presentaban por momentos en todos sentidos; y muchas de las veces por nosotros mismos; la causa de todos los males, no dependían más que de los desaciertos de los que se encabezaban en los trabajos de este departamento. Yo me atrevo hacerme cargo porque veía las imprudendencias que se cometian, y la causa en esto de esto es debida a la poca formalidad que se empleó en asunto tan delicado. Como yo precabía algun mal suceso al momento de que se aproccimara la ora de estallar la revolucion en la poblacion de Santiago como éra de esperarse; no hay mas que hacerse cargo de el efecto que causa una gran masa de hombres levantados sin mayor orden ni organizacion, esto solo puedía traer funestos acontecimientos. Por lo que pensé conveniente que si la poblacion debía ser atacada en combinacion por 3 puntos simultáneamente, se tomase con tiempo las precausiones necesarias. Para lograr el mejor éxito creí siempre conveniente que se tomase como medidas precautorias, que uno o dos dias antes de efectuarse el movimiento, hacer salir un numero de hombres regular, por los distintos puntos de la combinacion como a una legua mas o menos; armarlos y movilizarlos, para que estas a su vez en el momto momento de la lucha combatiesen y arrastrasen con orden las masas. Esto lo consulté con el Brigadier Moncada, me parece que el me contestó de que estaba muy bien pensado, pero noté que lo dijo con mucha frialdad. No seré tal véz de suficiente capicidad militar para llamarle la atencion a un hombre de tanto nombre como el Brigadier Moncada, pero antes de esto y cuando anduvimos juntos en las operaciones en Guantamo, siempre fué muy atento y escuchaba con bastante atencion las reflecciones que , en ciertos particulares casos le hacía; y en ese concepto me tomé esa confianza y me dirijí a a él como patriota que soy. [mano 3: Viendo que á mis esfuerzos se oponian dificultades quise dejarme de muchas ceremonias, se me ocurrió la idea de salir fuera de la poblacion como á una legua en el punto llamado el Gallito, como à una diversion; para el efecto invité á unos cuantos patriotas; en la funcion empecé á manifestarles el objeto de la reunion, que era de poderse tratar con desembarazo sobre la cuestion de Cuba, todos manifestaron estar de acuerdo en las resoluciones hechas alli. Resolvi armar sobre 60 hombres pueto que habia facilidad de hacerlo sin ser descubierto y esperar en esas inmediaciones el momento para lanzarme sobre el paséo de Concha y apoyar con esas armas el movimiento, para esto me puse de acuerdo con el Coronel Crombet el que aprobó perfectamente. Pero el Coronel Maceo al tener noticia que me hallaba en el lugar ya dicho, se opuso á mi plan desanimando á los hombres que debían acompañarme dandoles contra órden. Mucho se adelantado; llegó el momento, todo fué trastornado, y tuvimos que salir desvergonzosamente derrotados sin que el enemigo nos hubiera disparado un tiro.]

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