Excelentísimo Señor Gobernador General
Don Camilo Polavieja
Habana
Muy distinguido General y apreciado
amigo: Se ha hecho tan distintas ver
siones sobre los sucesos de Santiago de Cuva que
creyendo de interes para su propio juicio
conocer la exactitud de lo acontecido á fin
de que pueda seguir tomando acertadas me
didas conducentes á la mejor tranquilidad
del pais, me permito aun á riesgo de
ser importuno hacerle la siguiente conci
sa reseña.
En el íntimo convensimiento de
todos los habitantes de la Provincia Orien
tal estaba, que un movimiento se fra
guaba desde su llegada a Santiago de Cuba del Ca
besilla Maceo; y que la conspiración ade
lantaba tanto que si hubiese Usted tardado
diez dias en llegar, no hubiera sido posi
ble evitarla; pues todos los preparativos
y todas las confidencias aseguraban de
acuerdo que el día 2 era el fijado para
levantarse otra vez en armas contra la
Patria, sumiendo nuevamente la Isla en un
mar de desgracias y desolacion–; pudie
ra muy bien suceder que en los prime
ros dias la cosa no hubíese parecido mas
que una algarada; pero Usted mejor que yo
sabe apreciar lo que sucede en estos casos,
que como la bola de nieve van engrosan
do a medida; y no cabe duda que unos
por temor de verse descubiertos, otros por
conformidad y otros por aficion, réspon
diendo algunos pueblos, nadie es capaz
de apresiar lo que pasaria en estos mo
mentos, sin la oportuna y providencial
llegada de Usted.
La grave enfermedad que á raíz del
embarque de Maceo ha sufrido Urbano
no es efecto mas que del disgusto que
pasó la víspera, en la sesion del Comite
Autonomista que asistieron Maceo y Crom
ber, porque la opinion estaba divi
dida sobre las resoluciones que eran ne
cesarias y en la que Maceo llamo apar
te a Sanchez y revolver en mano lo trato
de traidor suponiendo que por medio de
su hermano Perucho había hecho saber
á las autoridades lo que se tramaba
y se dice que gracias á la resuelta in
tervención de este, no hubo allí otras
escenas, resultando que entre los
concurrentes reunieran á Maceo tres cien
tos pesos para su viaje; que Cromber
estuvíera ausente algunos dias y que el
desafío que se dice dejo este pendiente sea
con el indicado hermano de Urbano–
Maceo eludio con toda clase de pretestos
la orden perentoria de embarque y el
Gobernador Civil en persona tuvo que ir con
el á la estasion telegrafica del Camino
de hierro de Sabanilla para que su equi
page que habia enviado al campo dos
días antes lo trajeran aunque tuviese
que demorar el tren, ó que poner un
estraordinario–
Tambien se dice que causa del ata
que que ha sufrido Urbano, es debido á
la actitud de Ulpiano á su llegada ma
nifestandole que si alguien se movia la
primer cabeza que rodaria seria la de
el, con lo cual las hermanas cuyo ca
racter ya Usted conoce armaron una esce
na íntima por demas trajica–
Las comisiones de los pueblos de la
provincia que se le han presentado, ya
le habran manifestado la importancia
y la certeza de los preparativos que se
hacían y es tan cierto que dos horas
antes de embarcar Maceo llegaron de
Holguín dos caballos ensillados para el
como que á mí mismo, Sanchez, Bra
vo y otros me encargaron encarecida
mente, que a su llegada, suponiendo
pudiese Usted espresar el estado de las cosas,
le hiciera presente la indispensable ne
cesidad de librarles de Maceo y de Crom
ber–
Tenga Usted la satisfaccion mi distin
guido amigo del inmenso beneficio que
á hecho á la Patria con la conserva
cion de la tranquilidad y que todos
los habitantes de esta Isla estan á su
lado y al del Gobierno que tan oportuna
mente le ha conferido su mando.
Usted sabe bien que mí aprecio y su
amistad con que tanto me honro estan
escentas de escoger asiones que pudie
ran interpretarse y que mi posicíon
independiente me pone al abrígo de to
do lo que no sea el deseo del fomento
de la Isla, del bien de nuestra querida
Nacionalidad y el interes y unidad que
nos ha de reportar su recto criterio y
acendrado ademas á las instituciones que
garantizan larga era de paz y prosperi
dad para esta Provincia–
Soy siempre de Usted su mas affectísimo
y antento Seguro Servidor que besa su mano
Cástulo Jimenez
Setiembre 12 1890–