CODHECUN

GOLLETAZOS Con mucha formaliá sárta un perióico y díse, que la familia que tengan padres ó hermáno en la guerra de Cúba no deben orviar que si perésen en er cámpo de batálla ó quéan inutilisáo por jería peleándo, tiene la familia derécho á una pensión vitalísia. ¡Cuarquiéra se confórma con que le dén una pensión de dos reále diario por perdé á un hermano ó á su padre en la guerra! Porque, como er perióico no díse er dinero que dán por la pensión, le pué pasá á la génte la misma sorpresa que ar nóvio der cuénto. Se casó uno quéra múi interesáo con una muchacha múi féa, porque la suegra, labía dicho que cuándo se casára le iba á sorprendé er dóte que le daba ella á su hija. A los pócos día de la bóda, viéndo er marío que la suégra no le daba ná, sencaró con ella, preguntándole: “¿No me dijusté que me iba á sorprender er dóte de la niña, y ahora resúrta que no me dá usté ningún dinéro.” −Pús, esa era la sorpresa, arma de cántaro.

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