CODHECUN

Á LOS REPATRIADOS Con entusiasmo ardiente, De anhelos prenda, Yo os canté cuando fuisteis Para la guerra; Y con fe viva, Yo recé por vosotros Todos los días. Yo con vuestras esposas Y vuestras madres Compartí las angustias Y los pesares; Y á vuestros hijos Los quise casi tanto Como á los míos. Yo por vuestras hazañas Y vuestros triunfos Sentí el alma embargada De noble orgullo; Y ni un momento Mantuve abandonado Vuestro recuerdo. Yo de vuestro cansancio Sentí fatiga, Me causaron dolores Vuestras heridas, Y moralmente Sufrí todas las penas De vuestra suerte. Dejadme, pues, que llore Sobre las ruinas De vuestras ilusiones, De vuestras vidas, De todo aquello Que me fue tan querido Porque era vuestro. Siguiendo condolida Vuestro camino, Os lloro desgraciados, Mas no vencidos; Que no es venceros Devolveros á España Ya medio muertos. No hay soldado en el mundo Que aun se resiste Estando cual vosotros En la agonía; ¡Y hay en el mundo Quien lucha con soldados Ya moribundos! Hay pueblo humanitario Que tiene a gala Mandaros expirantes A vuestra patria. ¡Y sois montones De esqueletos vivientes Que fueron hombres!..... Morid los que llegasteis A nuestros brazos Con la paz de los héroes Y de los santos. ¡Morid en calma Sobre el triste regazo De vuestra España! La patria que os bendice Y os ama tanto Os vengará en un día Tal vez cercano; Y Dios por ella Os dará imperdurable La recompensa. CONCHA ESPINA DE SERNA. Santander, 1898.

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