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DIARIO POLÍTICO
DE LA GUERRA
A la hora en que escribimos este artículo, no se conocen detalles muy necesarios para poder apreciar con relativa exactitud el combate sostenido por el general Weyler en las Lomas: el telegrama que tenemos en nuestro poder relativo á esa importante operación, indica únicamente que el .
Puede que más tarde, quizá á última hora, noticias más concretas y detalladas lleguen á Madrid y nuestro diligente corresponsal nos las telegrafíe á seguida, enviándonos los informes precisos para que juzguemos con exacto conocimiento de lo ocurrido; pero de todos modos, eso del avance nos hace suponer que el enemigo, después de perder sus posiciones, ha iniciado la retirada.
No es lógico que nadie suponga que la columna del general Weyler haya dejado á retaguardia el núcleo de insurrectos que se opusiera á su paso.
Respecto á Filipinas, el crecimiento que ha tomado la insurrección y el tiempo que ha tenido para construir defensas, hacen más dolorosos estos últimos combates, especialmente el que hoy damos á la publicidad referente á un ataque sufrido por nuestras líneas avanzadas en Cavite.
Del telegrama se deduce, que sin el auxilio oportunísimo de la columna del general Rios hubiéramos tenido que lamentar una derrota, aunque lo sucedido no es tampoco muy satisfactorio, por las bajas sensibles que hemos sufrido.
Empiezan, pues, las operaciones de una manera decisiva; los generales en jefe ya toman parte en la contienda, personalmente, y en breve iremos notando cómo se le van apagando los fuegos á la insurrección.
Tiene confianza en el heroismo de nuestros soldados, y desea que los generales muestran más su pericia que su bravura, conduciendo á la victoria á los que abandonaron la Península para defender la patria.
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