CODHECUN-0440
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Guajacabito Marzo 26 de /869. –8 noche–
Cárlos mio: mañana sale pa pá para el Macio, y aunque Manuel Molina nos ha dicho que estuvo allí y no encontró á nadie, como tengo esperan zas de que él te vea antes de seguir el viaje que piensa hacer á Holguin, te es cribo con él siguiendo mi costumbre de aprovechar cuantas oportunidades se me presentan.
Recibi la cartica que me hicis tes el mismo dia que salistes de aquí, y no te puedo esplicar el gusto que tuve con ella; pues siempre despues de un via je estoy impaciente por saber de ti, y en esta ocacion mas que en ninguna otra; pues Juan que llegó pocos momentos an tesdes pues de haberte ido tu, me dijo que tal vez no encontrarias á Papá, porque estava sitado para una junta en el Cuartel General que tenia lugar ese dia, y yo temia que si el enemigo sabia que la fuerza que ocupaba ese lugar, se habia re- tirado, fuera allí y tu tuvieras un en- cuentro inesperado; pero felizmente Papá no habia salido aun, y tu querida carti- ca vino á tranquilizarme mas pronto de lo que yo esperaba.
Ahora, Cárlos mio, que no está pa- pá contigo, te suplico que tengas mucho, muchisimo cuidado; pues ni tu, ni Migue lito son tan practicos con eso de ahí, como él, sobre todo si van á Casibacoa; pues di ce él que los soldados españoles recorren casi todos los dias esos lugares, y como ellos tienen tan buenos practicos, pueden armarles una emboscada. No creas Cárlos mio que estos son “temores de mujeres”, no, te hablo asi porque Papá dice que eso del Macio es uno de los puntos mas peligrosos, tanto por su inmediacion á Bayamo, como por lo mal sitiado que está este, y las pocas fuerzas que tienen Vds. para cubrir ese camino. Otra cosa: es necesario que no duerman con tanta con- fianza (dice Papá que Miguelito, tu y Gus tavo roncan á cual mas); pues en tiempo de guerra los militares no duermen mas que con un ojo y nosotros, que desgracia- damente estamos tan rodeados de trai- dores con mas razon. Cuan llena de in- quietud estoy cuando te hallas tan le- jos de mi, Cárlos mio!...
Esta mañana estuvimos oyendo ca- ñonazos y nos dijeron que habia salido una columna de Bayamo para Man- zanillo; pero no sabemos que habrá de cierto; pues el fuego cesó temprano y no hemos tenido ninguna otra noticia
Te mando dos mudas de ropa con- pletas, menos un patalon, porque tu lle vastes dos de mas; van tambien tres pa- ñuelitos oscuros, una fundita y el forro para la empuñadura del sable. A la camisilla le alargué las mangas como verás; pero para darle el corte tuve que dejarla muy estrecha de la boca, de mo- do que he determinado no componer la o- tra hasta que tu me digas si quieres que le ponga otras mangas ó si la quieres i- gual.
El caballo dorado está cojo toda via, y segun dicen no se pondrá bueno en mucho tienpo, y aun asi creo que no te servirá; pues dicen que es liciado de esa pata y en cuanto lo tragines un poco se volverá á encojar: sin embargo, cuando es- te bueno te lo mandaré para que lo prue- bes.
Te mando cuatro rapaduras de unas que me hizo Salvador, y quedaron muy buenas. Es lo único que tengo que mandarte, Cár los mio; pues la pulpa no he podido hacer tela porque sigo con mi dolor de sintura y en la pierna, y como he tenido que cocer no me atreví á emprender otras cosas por temor de ponerme peor.
A la pobre Candelaria la tenemos con calentura y bastante fuerte: ya temia yo que se enfermara pues tu sabes que ella es quien lo hace todo y el tragin que ha tenido en estos dias cuidando has- ta á la negra Rosa.
Mamá y todas las muchachas te remiten sus recuerdos. Dáselos en mi nombre á Gustavo.
Adios, Cárlos mio, resibe el amor jun to con un estrecho abrazo y dos dulces be sos de tu Lalina que tanto te echa de menos.
Tu fiel Eulalia
Te recomiendo mucho la funda en que te mando la ropa pues es nuevesita.
El zapatero de aqui no tiene evillas de zapatos, de modo veo muy dificil el conseguirte por aqui la que necesitas, sin em- bargo no dejo de solicitarla
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